“Las invasiones inglesas de 1806-1807 y el movimiento revolucionario de 1810, lejos de generar nuevas empresas pedagógicas, postergaron toda iniciativa hasta 1815, fecha en que el fraile recoleto Francisco de Paula Castañeda abrió una nueva Academia de Dibujo que funcionó en la salas del Consulado y que se mantuvo, no sin vaivenes, hasta 1821. Como director de esta academia se desempeñó por un tiempo el pintor suizo José Guth, uno de los primeros artistas itinerantes que llegó a Buenos Aires por ese entonces. Al crearse en 1821 la Universidad de Buenos Aires por iniciativa de Rivadavia, esa academia de dibujo fue incorporada al Departamento de Ciencias Exactas y transformada en la cátedra de Dibujo de la Universidad, Guth quien regresaba de un viaje por Montevideo y Brasil –característicos destinos de estos pintores viajeros-, volvió a desempeñarse en esta oportunidad al frente de la cátedra hasta fines de la década en que debió renunciar por problemas de salud. Pese a ello, la cátedra de Dibujo continuó en funcionamiento, con creciente participación de alumnos, hasta aproximadamente 1835, bajo la dirección del italiano Pablo Caccianiga. […]
La presencia itinerante de Guth en Buenos Aires expresa bien otro fenómeno, que va a tener decisiva importancia en el panorama artístico local de principios de siglo: el arribo –tímido todavía, pero que se irá haciendo más frecuente a lo largo del período- de artistas provenientes del extranjero, quienes llegaban a estas latitudes probablemente atraídos por las perspectivas económicas que el proceso independentista prometía a los viajeros. […] (más…)
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